Recopilación de consejos y cuidados elementales para la limpieza y el mantenimiento diario del saxofón tras su uso que he ido aprendiendo y observando con el tiempo: 1. Engrasa con grasa especializada o con vaselina el corcho del tudel cada cierto tiempo para que permanezca hidratado, sobre todo si instrumento es nuevo. La hidratación prolongará la vida útil del corcho y hará que la boquilla se adapte mejor y no tenga fugas.
2. En muchos sitios leerás que debes aplicar un poco (muy poco) de vaselina cada cierto tiempo también alrededor de la parte del tudel que se introduce en el cuerpo del saxofón. Basta con que mejore un poco el deslizamiento. Esto conseguirá que ambas partes se rayen o deterioren menos con el roce. En realidad, si estas partes de tu saxofón deslizan perfectamente, yo no veo necesario aplicar grasa. Hay saxofonistas que incluso emplean un poco de saliva para este cometido. En resumen, yo solo optaría por aplicar algún tipo de lubricante si tienes una gran dificultad a la hora de introducir el tudel en el cuerpo del saxofón.
3. Después de tocar, desmonta siempre la caña y la boquilla para evitar que se quede la humedad y que se acumule la suciedad. Si en tu país está presente el coronavirus, yo te recomiendo que las laves siempre con agua y jabón después de su uso, las aclares con abundante agua y las dejes secar al aire.
4. Seca el saxofón y elimina toda la humedad del interior del tudel y del cuerpo del saxofón después de su uso. Merece la pena hacerlo con los paños especiales de microfibra que venden en forma de cometa. Hazlo siempre introduciendo el cordel por la parte ancha del tudel para no arrastrar la suciedad que se ha quedado más cerca de la boquilla; y por la campana del saxofón, por el mismo motivo. Además, evita dejar ningún accesorio de limpieza dentro de la campana del saxofón: será contraproducente y acumulará más humedad.
Hay muchas personas que se fabrican sus propios paños con pequeños trapos de algodón, un cordel y un pequeño peso. Si optas por esta opción, ten cuidado y no te pases de tamaño y grosor con el paño o correrás el riesgo de que se te quede atascado. Para desinfectar mejor el saxofón a raíz del coronavirus, te recomiendo que cojas un pulverizador con alcohol y humedezcas el paño de microfibra. También puedes pulverizar algo de alcohol dentro del saxofón y pasar el paño de microfibra después.
5. Limpia la grasa y la humedad del exterior del cuerpo del saxofón con la gamuza que incluye, con un paño de algodón o una gamuza de gafas. Es conveniente hacerlo siempre, aunque no pasa nada si no es así. De esta manera, preservarás mejor la laca del instrumento.
6. Deja el saxofón en su atril o con el estuche abierto al menos 5 minutos después de tocar para evitar la humedad. Esto es fundamental.
7. Es conveniente secar las zapatillas, sobre todo en la parte superior del instrumento, después de cada uso. Puedes hacerlo con un paño de microfibra o con el pequeño paño en forma circular o de pera que venden algunas marcas para este cometido. En cuanto lo hayas hecho unas cuantas veces, no tardarás nada y la diferencia pueda ser enorme.
8. Limpia con cierta frecuencia el paño que utilizas para secar el cuerpo interior del saxofón.
9. Coge siempre el saxofón por la campana, pósalo sobre las piernas si necesitas liberar las manos y trata de dejarlo siempre en su estache, evitando tumbarlo en superficies rígidas.
10. Mantén apretado siempre el tornillo para el atril de marcha del saxofón. No es estrictamente un consejo de limpieza, pero forma parte del mantenimiento y evitará que lo pierdas en un momento de descuido.
Por último, algunas marcas (key leaves, etc.) venden pequeños utensilios que sirven para mantener separadas las zapatillas de las chimeneas después de tocar o mientras el saxofón está guardado. Yo a día de hoy las empleo y creo que funcionan bien y que a largo plazo prolongan la vida de las zapatillas de estas llaves. Te recomiendo, no obstante, que quites todos estos utensilios siempre que te desplaces con el saxofón o que lo transportes.
Recuerda que los arreglos del instrumento requieren las manos cualificadas de un profesional, tiempo y dedicación. Por tanto, no son baratos. Recuerda, además, no olvidarte de cerrar el estuche nunca... ¡He visto más de un saxofón roto por caerse de un estuche en la espalda!